En la actualidad, tanto adolescentes como niños en edad escolar, experimentan diferentes niveles de estrés debido a la percepción de las demandas que les impone su entorno, que sobrepasan su habilidad adaptativa. Este contexto ha generado el incremento de los conflictos y el despliegue de agresión y violencia; implicando serios factores de riesgo para la salud mental.