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¿Cómo estimular el lenguaje a través de actividades cotidianas?

Es importante mencionar que el niño adquiere un dominio del lenguaje cuando logra imitar lo que el adulto hace o dice, ; esto será posible en la medida que el niño esté expuesto a un ambiente estimulante, que le brinde la oportunidad de expresarse de manera natural y espontánea.

Autor: Mg. Angela Álvarez Mg. Kristell Monzón

El lenguaje es una herramienta primordial que permite a los seres humanos conectarse con los demás, expresar sus necesidades y opiniones. Esta habilidad es innata; sin embargo, se va desarrollando a través de los años y de la estimulación que el niño recibe en su entorno social.

Los primeros responsables en esta tarea son los padres o cuidadores, quienes al compartir la mayor cantidad de tiempo con ellos, tienen la oportunidad de aprovechar las actividades cotidianas para generar espacios que promuevan su desarrollo lingüístico. Es decir, desde que el niño se levanta está expuesto a diferentes rutinas, como el momento del baño, la hora de comer, salidas a un espacio público, el juego, entre otros; y cada una de ellas equivale a una oportunidad de aprendizaje.

En estos espacios, se debe fomentar la comprensión y expresión del lenguaje oral, valiéndose de la necesidad del niño para solicitar algo de su interés, realizar un reclamo o interactuar con otros. Agregado a ello, enriquece su vocabulario, mejora la comprensión de preguntas, estructuración de enunciados y posteriormente, la capacidad de mantener una conversación.

Es importante mencionar que el niño adquirirá un dominio del lenguaje cuando logre imitar lo que el adulto haga o diga, entienda lo que digan los demás, repita, estructure frases y oraciones; esto será posible en la medida que el niño esté expuesto a un ambiente estimulante, que le brinde la oportunidad de expresarse de manera natural y espontánea.

Asimismo, otro factor que facilita el desarrollo del lenguaje, es la conexión emocional niño-adulto. Lo cual genera un ambiente acogedor que propicia seguridad y disposición para el aprendizaje.

A continuación, se presentan diferentes formas para estimular el lenguaje oral a partir de actividades cotidianas.   

  • Presentar elementos atractivos para el niño, induciendo a que los solicite por su nombre.
  • Describir los juguetes u objetos presentes, generando el aumento de su vocabulario.
  • Realizar comentarios y preguntas acerca de la acción que se realiza. Por ejemplo, en la situación del baño al bebé, los padres o cuidadores pueden hacer uso de los útiles de aseo y/o juguetes para realizar comentarios y preguntas como las siguientes: ¿Quieres el pato?,¡Qué lindo pato!, ¡Qué divertido!, entre otros.
  • Fomentar la toma de turnos al realizar una pregunta o comentario, brindándole un tiempo de espera para que el niño emita una respuesta gestual o verbal.
  • Propiciar la formación de frases y oraciones, buscando aumentar, progresivamente, la complejidad y longitud de las mismas.
  • Incluir el seguimiento de instrucciones durante la interacción. Por ejemplo: en una situación de juego libre, donde el  niño está armando una casa con bloques, se puede dar instrucciones como “coloca el bloque azul encima del bloque verde” o realizar preguntas y comentarios como: “¿Quiénes viven en la casa?”, “la casa es grande”, “la casa es grande y tiene muchos colores”.

Sin duda, la estimulación del lenguaje se apoya en el contexto cercano y en los modelos que brinda el adulto.

 

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